Tuesday, December 11, 2007

ΠΟΙΗΜΑΤΑ ΓΙΑ ΤΟΝ CARLOS GARDEL


Horacio Ferrer


Fábula para Gardel


Ayer me preguntaste, hijito mío,
por primera vez,
quién es
ese Gardel, ese fantasma
tan arisco,
empecinado
con seguir guardado
en la cueva con asma
de su disco
polvoriento.

Lo que yo sé,
te lo cuento:
algunas veces,
cuando te has dormido,
las noches en que hay pena
llena,
se aparece
ese escondido
duendo, medio juglar
y medio loco,
para matear
con tu padre y conversar
un poco.

Ah, si lo pudieras
ver
con su sencilla elegancia fantasmera,
a saber:
en una chalina ligera
de plumas de torcaza sola
sus hombres arrebuja.
El traje es de
cuerdas de guitarras españolas
que
alguna bruja
ñata
y hippie le ha tejido.

La corbata
es de claveles
encendidos,
para abrigar los
cascabeles
de su voz.
Y dos
zapatos, muy de peregrino,
que no son zapatos, sino
que son caminos.

¿Qué en dónde nació?
Hijo mío, ¡qué se yo!
De acuerdo a lo que el mismo me ha contado,
parece que nació trepado
a una veleta
niña
que apuntaba al Sur;
y que un poeta
y un gallito de riña
y un augur
le enseñaron a vivir
y a sonreír.

Será por eso
que salió un poco travieso
¿viste?
como vos
y, como yo,
un cachito triste.

Su sonrisa,
hijo, es una
pícara y honda y rara
raya de tiza
iluminada con luz de la otra cara
de la luna.

Y canta, canta,
canta con su voz de siete gritos,
pero canta, siempre, con ese humilde modo
de quien tiene, por sabio, en la garganta,
dos ojitos
que han visto, ya, del hombre, todo, todo.

Su canto, te diría
que parece
un claro
aljibe
en donde crecen
los tangos pibes
que no se cantaron,
todavía;
y, también, aquellos tangos que ya fueron,
esos que escriben,
en el paragolpes de su camión,
los camioneros
del Cerro y de Constitución.

Después,
el alba ya,
a las cinco en punto,
se me va. Se va.

Y, tal vez,
en su forma melancólica de irse,
se adivina, un cacho,
que ese duende,
tan muchacho,
entiende
mucho de un asunto
muy sumamente serio, que es morirse.

Ayer me preguntaste, hijito mio,
por primera vez,
quién es
ese Carlitos, ese fantasma
tan arisco,
empecinado
con seguir guardado
en la cueva con asma
de su disco.

Y entonces te conté
cuanto sabía-

Mas hoy, mirándote,
pensándote,
besándote,
sé un poco más.
Y es que el hijo
del hijo
de tu hijo, un día,
un día de Junio soleado,
frío y seco
que vendrá,
lo mismo que vos
preguntará
por él.

Y una caliente
zafra de ecos,
ecos de la voz de nuestra gente,
ecos de tu voz
chiquito, y de la mía,
inexorablemente,
contestará:
Gardel, Gardel, Gardel.


**********

Celedonio Flores


Carlitos (A Carlos Gardel)


No quiero irlas de vate, ni que la gente
me ponga banderillas de apologista...
Quiero batir un "justo" sencillamente
y este justo, compadre, salta a la vista...

Porque teniendo clase y sentimiento
y oyéndolo a Carlitos cantar diquero
no hay verso, no hay discurso, no hay batimento
para el elogio noble, franco y sincero...

¡Es zorzal, es canario y es armonía!...
¡Es milonga hecha carne y es poesía
la que surge en lo dulce de sus canciones!...

Y al oírlo otros bardos pegan el grito,
lo junan con envidia "de rabanito"
¡y se atan con alambre... los pantalones!...



**********

Celedonio Flores


Jilguerito criollo


Se murió el Morocho y allá en mi barriada
los puntos más bravos maldiciendo están;
hay una tragedia en cada mirada,
hay una amenaza en cada ademán.

Hay un nudo enorme en cada garganta,
y una incontenible ganas de llorar...
¡Se murió Carlitos, la tragedia es tanta
que aterra y espanta, cobarde y brutal!...

Jilguerito criollo, hermanito santo,
¿por qué te fuiste sin decir adiós?...
Los puntos más bravos te han querido tanto...
Las pibas más lindas soñaban con vos...

Vos eras el hijo de todas las madres,
eras el amigo más noble y más fiel...
¡Qué triste se queda sin vos Buenos Aires!...
¡Que Dios te bendiga, Carlitos Gardel!...



**********

Enrique Dizeo


Salutación a Carlitos Gardel


Después de una "paseyata" artística, bajo el cielo
de los pagos europeos, entro "noi altri" está él...
Abran cancha la milonga; con que a pelarse el capelo,
y ¡a darle la bienvenida al taita Carlos Gardel!...

De garufa anda la zamba, el estilo, el tango nuestro,
bailando está en una pata el ambiente musical...
También tenemos en casa nada menos que al maestro,
al embajador más "camba" de la canción nacional...

Cayó como anillo al dedo; llegó justo, propiamente,
dispuesto a hacer del tanguano compadrito y prepotente
lo que hizo toda la "davi": fajarlo con emoción...

¡Con que, arriba la milonga! ¡A pelarse los sombreros!
Y a pegarle un fuerte abrazo al "cusifai" más tanguero,
¡que lleva hasta la guitarra metida en el corazón!...



**********

Héctor Gagliardi


Carlos Gardel


Por las calles del recuerdo,
empedradas de dolor,
va llegando un servidor
detrás de un silbido lerdo;
traigo mi sombra a lo perro,
que sigue, pasa o me espera...
esta noche hay luna entera
para mi solo en el cielo.

Las puertas están cerradas
y dormidos los balcones,
no hay glicinas ni malvones
que saluden mi llegada,
solo a veces, y a escapadas
reconozco mi arrabal,
cuando se agacha un tapial
y muestra ropa colgada.

Entonces pienso en la vida
que uno dejo escapar,
por entregarse a soñar
no vivió como debía.
¿Dónde se fue la alegría
que en estas calles desiertas,
los vecinos, en las puertas,
con sus charlas florecían?...

Ya no hay mas serenatas
ni tampoco "formativos",
ni vendedor a "chiflido"
cargado con dos canastas,
ni tampoco vienen chatas
a parar junto a la bomba,
ni el aguatero rezonga
con los baldes a la rastra.

Me siento un poco cansado
y me detengo a escuchar;
al eco quiere charlar
y me trae lo que he dejado:
silbidos entrecortados,
mis pasos y mis protestas,
y de una ventana abierta
un algo que no ha cambiado.

Es la voz del que se ha ido,
la varonil voz de aquel,
la voz de Carlos Gardel
cuyo timbre no lo olvido,
y que la noche ha traído
de aquella ventana abierta...
¡luna, vestime de fiesta
que Carlos esta conmigo!...

Ya no está triste la calle,
ya se animo la vereda,
hay sillas en dos hileras,
-tribuna de las comadres-.
Hay mas puertas que se abren,
huele a malvón y a glicinas,
y en el truco de la esquina,
la falta envido en el aire.

¿Por qué mágica razón
el barrio volvió a la vida?...
¿Será esa voz ya perdida
que de un disco se escapó?...
y que el aire repartió
como un "padrino pelado"
en el atrio desolado
que llamamos corazón?...

¡Alcemos, luna, por él
la copa de mi arrabal,
con espuma de percal,
donde grabado cincel
se lea: ¡Carlos Gardel!...
en tu muerte y por tu nombre,
lloraron hasta los hombres
que lloran solo una vez!...

La voz, murió en la ventana
como un día murió el.
¡Así nos dejo Gardel,
como un disco que se acaba!
un algo adentro me ahogaba
cuando la marcha seguía,
y mi sombra no entendía
por que su dueño lloraba.



**********

Julio Jorge Nelson


Carlitos Gardel


Cayó ese baluarte, gloria del canto.
Se fue para siempre Carlitos Gardel.
¡En todas las almas hoy vive un quebranto
por esa noticia tan dura y tan cruel!...

Hoy todos te lloran. ¡Maestro divino!
Vos fuiste exponente de nuestra canción,
tu voz melodiosa de acento latino
llegó esplendorosa a mi corazón...
No hay frase que explique la angustia que siento
ni admito la idea que ya no volvés...
¡Carlitos, amigo!... En estos momentos
me lloran los ojos... no puedo cantar...

¡Muchacho criollo! Yo no me despido
ni adiós... ni hasta luego a ti te diré,
tú vives eterno... por eso te pido
que no me hagas caso... si ahora lloré...

Pesar en las almas y llanto en los ojos
y en todos los labios clavado un dolor.
No puede aceptarse que hoy seas despojo
lo que tú ayer fuiste... ternura y amor...

¡Maestro divino!... Mi póstuma ofrenda
Va a ti en esta hora... amarga y tan cruel,
tu eterno recuerdo será una leyenda
escrita en dos frases: ¡Carlitos Gardel!



**********

Ricardo Ostuni


La pinta de Gardel


Araca con la pinta
de Gardel
si a nadie
le queda como a él

A Buenos Aires
la ilumina
con el esmalte
de su sonrisa

La cobija
bajo el alero
gris, requintado
de su sombrero

Le pone trinos
la hace canción,
la ciudad canta
siempre en su voz

Es su arquitecto
es su urbanista
que la diseña
siempre distinta

Y para hacerla
ciudad distinta
en cada esquina
pinta su pinta

¡Araca con la pinta
de Gardel
si a nadie
le queda como a él!



**********

Martina Iñíguez


Como Gardel


De origen fatalmente arrabalero,
enancado en la trama de lo urbano,
en tren de rompe y raja ciudadano
paseaste tu linaje callejero.

En los fueyes, tu canto compañero
fue chamuyo, polenta y cotidiano,
en quebradas y cortes diste ufano
lustre al sino de vate milonguero.

Gomía del vivanco y del obrero,
de las minas, la vieja o el fulano
que en cana se desgasta gris, cabrero.

Como Gardel, sos mítico y lozano,
inmortal, bien porteño, sensiblero...
¡Sos el Tango y de yapa, sos humano!



**********

Inesita Gallego


Te fuiste a cantar al cielo


¡Si parece mentira creerlo!...
Que te fueras alegre cantando...
¡Y que aun no hayas vuelto!...
¿Habrás hecho ese viaje tan largo
que de largo no tiene regreso?...
¡Si es mentira creerlo!...
Pero dicen que tú siempre vives
y que sigues cantando y no has muerto...
Yo no se por qué entonces mis ojos
lloran tanto por ti, aunque eso creo...
¡Yo no sé!... No comprendo ésas cosas.
Pero alguien dijo que estás muy contento
con Le Pera, Riverol, Barbieri
y con Arolas formaste un cuarteto
que divierten al "Mono" Taborda,
a "Paquita", Betinotti, de Ríos
y aquél pibe Ernesto;
también a Podestá, "Príncípe Azul" y Pacho.
¡Y que cantás los versos con Carriego!
Y con otros varios te diviertes mucho
en un paraíso lindo como el cielo...
Así dicen, al menos, algunos
¡Que estás muy contento!...
¿Sabes?... Me consuela enterarme
que no has muerto, que vives, que es cierto
que siempre entonas esas canciones
que tu pueblo, por ti, lleva adentro...
¡Sí, lo creo!...
¡Mas no sé por qué entonces mis ojos
lloran tanto por ti si no has muerto!...



**********

Ramón Paz


Mi acuarela a Carlos Gardel


La patria está triste,
se murió Gardel.
Mustia está la rosa,
seco está el clavel;

No canta el jilguero,
todo llanto es.
Triste está tu patria.
¡Se murió Gardel!
Quisiera cantarte
y llorarte a la vez,
pero un nudo grande
hay en mi garganta.
¡Pensarlo me aterra¡
¡Pensarlo me espanta!
Entonces mis ojos no lloran,
ni mi boca canta.

Y tu guitarra gaucha,
allí está colgada.
Un negro moño la cubre
y no toca por nada.
Y en tu pueblo lindo
que a vos te quería,
hoy todo es tristeza,
se fue la alegría.
La patria mía te llora
porque eras
un cachito de Barracas,
de Flores una vereda,
el crack del Bajo Belgrano
y del Once el centinela.
De Patricios, de todas partes
eras el cantor amigo,
el que daba techo al paria
y al pobre dabas abrigo.

Maldito el destino
que así nos maltrata,
maldito el destino
que a vos te arrebata.
¿No ves como lloran las pibas?
¡No sentís sus gritos!
¡Como vas a sentirlos,
si te has muerto, Carlitos!
¡Carlitos!
Para cantarte tus grandezas
Hoy no basta tu cabeza.
¡Carlitos!
Si hasta parece mentira
que vos no me sientas,
que te hayas muerto,
que estés ya sin vida.
¡Parece mentira!...
¡Parece mentira!...



**********

Máximo Orsi


Carlos Gardel


Para decir lo que era me sobran las palabras,
su nombre es, y ha sido pregón de las barriadas.

Zorzal en todo cerco de las casitas pobres,
farol en una esquina plateando los zanjones.

Fue su chambergo gaucho y su sonrisa franca
el pasaporte criollo de todas las aduanas.

Él le cantó a las novias en suaves serenatas,
y puso en sus murmullos dulzor en las palabras.

Lucía como nadie su estampa bien porteña
porque amasó en cien noches su lírica bohemia.

Desde el salón más rico hasta el boliche más pobre
él siempre fue el "Carlitos" humilde, sin retoques.

Las pibas lo querían, las viejas lo adoraban,
él fue como un lucero en toda madrugada.

De pronto, sin quererlo sintióse golondrina,
y en ese viaje sin retorno se fue con su sonrisa.

Lloraron las guitarras, heridas en sus sones
Cuando calló vencido el as de los cantores.

Pero quedó flameando su nombre cual bandera
porque lo lleva el viento como oración porteña.



**********

Bartolomé Aprile


El llanto de Hispano América


Ya se ha enlutado el laurel
que ganado lo tenía,
para honra de la patria mía
conquistado por aquel,
aquel Carlitos Gardel,
aquella típica estampa
que en el palacio y el hampa
tuvo la sonrisa grande
elevada como el Ande
y extensa como la Pampa.

Ya se ha apagado el fulgor
de aquellos ojos porteños,
que nos miraban risueños
con el más puro candor...
Y es tan profundo el dolor
que Hispano América siente,
que en todo se hace presente,
con la tierra, con el cielo,
van los responsos de duelo
llorando fúnebremente...

Décimas negras, que van
mientras que el llanto se advierte,
a susurrarle a la muerte
ruegos que no morirán...
Los angustiados están
inconsolables, y así,
revuelvo la pena en mí
para que el dolor irradie;
¡que no ha de quedarse nadie
sin llorarte por aquí!...

La muerte del gran Gardel
se siente por donde cuadre,
cual la muerte de una madre,
de la santa madre fiel..
Amargas como la hiel
son las lágrimas que bebo,
y este gran dolor que llevo
está en todos los ambientes:
en el "medio de las gentes"
y en el "medio del malevo".

En todas partes está;
¡toda la América hispana
para llorarlo se hermana
porque Carlitos se va!...
San José de Bogotá
lo absorbió como un alud
y en su tibia infinitud
lo acortajó con su veste,
allá por el noroeste
de la América del Sud.

Si por mi propio dolor
que la amargura destila,
pasará la gran pupila
con que se llora al cantor.
Si con el verso mejor
se le llorara al trovero,
haría falta que el estero
aprisionara en sus garras
a las mil gauchas guitarras
pulsadas por el pampero...

Para llorar este duelo
suplieran con gran ventaja
como gloriosa mortaja:
pendón, bandera, pañuelo...
El azul de nuestro cielo,
el blancor de su celaje,
el ritmo de ese cordaje
de las selvas de Montiel,
y despedir a Gardel
en este su último viaje...

¡Adiós! ¿Pero por qué adiós
si aunque tu cuerpo dormita
tu espíritu en nos gravita
y en nos suena tu voz?
¿Para qué decirte adiós?
Si perduras todavía,
si estás en la eucaristía
presente en tus canciones
y en todos los corazones
criollos de la patria mía...



**********

Roberto Queirolo


Adiós, Carlitos Gardel


Adiós, Carlitos Gardel
que en su trágico destino,
Dios solo ha sido testigo
de esa catástrofe cruel,
adiós al noble varón
que en este mundo tirano
ha sido el zorzal humano
de alma grande y corazón.

Más lauros para tu historia
Gardel, ibas cosechando,
tu noble alma hecha tango,
voló cubierta de glorias,
llora Francia, la. Argentina
por el más justo tributo
las violas están de luto
por vos y tu alma genuina.

Tus guitarristas también
nunca te han abandonado,
hasta en la muerte, Gardel,
ellos te han acompañado.
Con letras de oro grabado
tu nombre perpetuará:
¡si has muerto para el mundo
en mi alma vivirás!...



**********

Francisco Raimundo


Salve maestro!


Muchachos: ¡Se nos ha ido
el Rey de los ruiseñores:
El Papá de los cantores
de nuestro tango querido!...
El destino le ha tejido
una red bajo del Sol
y a Barbieri y Riverol,
a Aguilar como a Le Pera,
¡Fue la parca traicionera
que les jugó un fiero rol!...

Cuando hablemos de Gardel
descubrámonos primero,
como homenaje postrero
tributándole un laurel.
Los extranjeros, por él,
conocen el tango nuestro,
lo impulsó varonil, diestro,
el gran Gardel triunfador;
el eximio embajador,
el inmortal, ¡el maestro!

En todos los continentes
que cantó Carlos Gardel,
le llovieron a granel
los aplausos de las gentes.
Querido en todos ambientes,
a todos trataba igual;
siempre sonriente y cordial
sencillo, francote, amable,
con todos fue muy tratable
Carlos Gardel, el zorzal.

No hubo, ni habrá cantores
que canten como Gardel,
su voz destilaba miel,
armonías y sabores...
Tendrá mil imitadores
este cantor magistral,
pero aunque no lo hagan mal
pueden estar en lo cierto,
¡vivo, ni después de muerto
nadie imita a este zorzal!

Carlitos Gardel y el tango
(aunque de distintos suelos)
eran hermanos gemelos
y fueron del mismo rango.
Por si grazna algún chimango
pretendiendo algún laurel,
no beberá más que hiel
por esa boca maligna.
¡Pues sepan que en la Argentina
jamás habrá otro Gardel!...

Todo humano ha de alabar
al más genial precursor
que con su arte, fe y amor
hizo al tango consagrar.
Hoy, por él se ha de bailar
en los más regios salones.
Millones de corazones
al vibrar de las guitarras
entre canciones bizarras
palpitaron de emociones...
Tu nombre ¡Carlos Gardel!
perdura y perdurará.
Tu recuerdo quedará
grabado en oro, a cincel.
Tu nombre ¡Carlos Gardel!
desde hoy es inmortal,
el ambiente nacional
sufre un profundo desvelo,
¡las musas están de duelo
por tu caída mortal!

La milonga popular
está vestida de luto.
¡Te rindió el mayor tributo
y hasta paró de cantar!
Nadie se quiso quedar
sin rendirte su homenaje.
¡Quedó mudo el encordaje
y mudos los bandoneones,
y mudos los corazones
y triste todo el paisaje!

En nombre del arte pido,
como el más fiel emisario
a este y aquel mandatario
que no te echen al olvido;
y que con justo sentido
a tu sagrada memoria
la calle recordatoria
pongan con tu nombre fiel:
La calle Carlos Gardel
como grabando tu historia.



**********

Humberto Costantini


Gardel


Para mí, lo inventamos
seguramente fue una tarde de domingo,
con mate,
con recuerdos,
con tristeza,
con bailables bajito en la radio,
después de los partidos.

Seguramente nos dolía una foto en la pared,
algún no tengo ganas,
algún libro.

Yo creo que andaríamos así,
sonsos de aburrimiento,
solitariando viejos para qués,
sin mujer o sin plata,
y desabridos.

Seguramente nos sentimos de golpe
terriblemente solos,
muy huérfanos, muy niños.
Tal vez tocamos fondo.
Tal vez alguien pensó en el amasijo.

Entonces, que sé yo,
nos pasó algo rarísimo.
Nos vino como un ángel desde adentro,
nos pusimos proféticos,
nos despertamos bíblicos.
Miramos hacia las telarañas del techo,
nos dijimos:

"Hagamos pues un Dios a semejanza
de lo que quisimos ser y no pudimos.
Démosle lo mejor,
lo más sueño y más pájaro
de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa,
una voz que perdure por los siglos,
un plantarse en el mundo, lindo, fácil
como pasándole ases al destino."

Y claro, lo deseamos
y vino.
y nos salió morocho, glorioso, engominado,
eterno como un Dios o como un disco.
Se entreabrieron los cielos de costado
y su voz nos cantaba:
Mi Buenos Aires querido...

Eran como las seis,
esa hora en que empiezan los bailables
y ya acabaron todos los partidos.



**********

Hebert Fayet


Es de todos por igual!


¿Que donde nació Gardel?
¡Ni usted ni yo lo sabemos!
Franchute no lo creemos
por su manera de ser,
¿que era Oriental? si, tal vez...
puede que fuera... o no fuera,
y el Tito Favale agrega
¡que hay que dejarse de inflar!,
que es de todos por igual
y que el mudo cuando canta,
va hermanando en su garganta
al Porteño y Oriental.

Y si usted es Gardeliano,
y tanguero de verdad,
sáquese la camiseta
cuando se ponga a opinar,
y escuche al Carlos cantar
Tierra hermana, Pan comido,
Mi Buenos Aires querido,
La Entrerriana, Milonguita,
y la inmortal Cumparsita
que lo hará reflexionar.

Y si aún quiere insistir
que era Inglés o Correntino,
Oriental, Francés o Chino
¡permítame disentir!
Porque según mi sentir,
¡El Mago fue universal!
y su imagen señorial
con el tiempo se agiganta,
porque aún vive y cuando canta,
¡es de todos por igual!



**********

Armando Villador


Evocación (A Carlos Gardel)


Me hubiera gustao verte, más zorzal que jilguero
de bota 'e potro y vincha debajo unas ramadas
contándole tus cosas al asombrao pulpero,
como ser el rilato de tu primera hombrada.

Y, cuando ya reunido se viera el paisanaje,
como Fierro, templando la infallable vihuela,
fueran tus "sucedidos" pinturas del coraje;
del gaucho las hazañas, del indio la cautela.

Capitán sudoroso de hirsutas montoneras,
al frente de tus hombres, vibrantes las tacuaras.
A un costado el temible racimo de potreras
persiguiendo enemigos que "juyen" como charas.

En un vivac, al fondo de tenebroso valle,
como "lión" en acecho que escondiese la garra,
alentar con tus "triunfos", las fuerzas de Lavalle
que vibran al conjuro de tu hermosa guitarra.

Me hubiera gustao verte montando reservados,
de esos que, en los corcovos desparraman aperos,
o pechando, en apartes, los toros empacados
en medio de la bulla de chajases y teros.

O arriando una tropilla entablada de un pelo,
en donde la madrina, la tobiana puntera,
después de dos semanas de hartarte e pampa y cielo,
anuncia, en un relincho, la querida tranquera.

Después, el beso largo y ardiente de una moza,
de esas que, con mirarlas, aflojan los garrones,
la que te alcanza luego, la vihuela, mimosa,
para gustar las mieles de tus nuevas canciones.

Me hubiera gustao verte de blusa de merino,
con lujosa vicuña y en baile campero,
"Pasteliao" el mitrista, como buen argentino,
y luciendo la plata de tu picazo overo.

Empacando a las mozas, decir tus relaciones,
con esa gracia tuya que no tuvo par;
con la alegría tuya que iluminó reuniones,
con la sonrisa tuya que unías al cantar.

Me hubiera gustao verte como trenza de ocho,
con el varón más taura trenzao en un contrapunto,
y, al final de la lidia que lo dejases mocho,
sin desatar el ñudo propuesto como asunto.

Me hubiera gustao verte trenzao con Santos Vega
con la pujanza macha que tiene un fierro a fierro,
y después de lucirte con semejante brega,
toparas al temible paisano Martín Fierro.

En el norte, lucirte con las fuerzas del Chacho;
en la Banda, peleando con las fuerzas de Artigas,
luciendo en la moharra tu famoso penacho
desdeñando laureles después de las fatigas.

En busca de rivales, en la tierra entrerriana,
soñadora y altiva, cuna de payadores,
brindar a sus mujeres tu canción más galana,
y el caudal primoroso de tus cantos mejores.

Me hubiera gustao verte rodeao por infieles,
cantándole tus cosas al cacique Painé,
sonriendo al alarido de los indios ranqueles
allí en Salinas Grandes o en campos de Pihué.

Entre ponchos y vinchas y lanzas y facones,
mechando en tus "estilos" al sonoro araucano,
haciendo más soberbia la luz de tus canciones
al grito de las tribus: ¡Ese! ¡Toro cristiano!

Y en las tierras de Salta, los hombres como talas,
serenos y bravíos doblarse a los encantos
del dolor de la tierra que tienen las bagualas,
que esconden no se sabe qué trágicos espantos.

Donde quiera que fueses, tu paz y tu dulzura,
como una carga de astros, tu voz y tu guitarra,
cantando a los amores, cantando a la amargura,
verían el acero potente de tu garra.

El Paraguay te viera luciendo "mbaraeá"
como red delicada de fino ñandutí,
en tu canto que fuera como mburucuyá
unido a las ternezas del suave guaraní.

Donde quiera que fueras te seguiría tu canto,
como carga gloriosa de tu divina voz,
tesoro inagotable de poderoso encanto,
presente que, en la cuna te lo dejara Dios.



**********

Armando Villador


A Carlos Gardel


Fuiste el cantor del pueblo de voz potente,
maravilla sublime por natural,
ruiseñor en las noches de voz doliente
y en pleno sol tu trino fue de zorzal.

Poblose con tu canto la lejanía,
mago que de los yuyos hicistes flores,
y, hasta en los duros versos, tu poesía
cobró el divino encanto de los amores.

De todos tus cantares tú fuiste el guía,
que pusieras al canto luces de estrellas,
y al impulso perfecto de tu armonía
tus canciones humildes fueron más bellas.

Las musas se doblaron al dulce yugo
de tu voz que, no hay duda, fuera un tesoro;
pudiste haber cantado los versos de Hugo,
agregando más brillo sobre aquel oro.

"El día que me quieras" fue algo sublime,
pues tenía la enjundia de Amado Nervo,
mientras que el Viejo Pancho, que te redime,
te dio la esencia gaucha de nuestro acervo.

El arrabal que tiene también sus rosas,
perfumadas o truncas por lo inhumano,
pudieron en tu pecho ser más hermosas
al tener el gracejo de "Mano a mano".

Inmortal por tu canto de hermoso trino,
la senda de tu gloria se ve más ancha,
por ser el invencible criollo argentino,
y el primero en lucirte en cualquier cancha.



**********

José Eduardo Weidmann


Pa' Carlitos


Che Gardel, yo tengo miedo
de batirte mi parola.
Tanto gil a la bartola
ha pelechado a tu sombra,
qu'este punto que hoy te nombra
sólo te ofrece silencio.
Y es una forma de aprecio
y admiración veterana,
porque me diste la cana
para el resto de mis días
con tu voz, tus melodías,
y ese brillo de tu acento.
Che Carlos, juná qu'es cierto
que de vos se ha dicho todo,
y el repetirse no es modo
de sumar brillo a tu fama.
Los orres, y no es macana,
te rezan un Padre Nuestro...,
pa'tu descanso, maestro,
cantor de la gola eterna,
que vivís en la porteña
pasión por la tanguería,
reiterando cada día
que sos el mejor sin cuento.



**********

Jorge Sassón


Historia del tango (apócrifa)



Dedicada al hermano de corazón y compañero de inquietudes Javier Velásquez, por su valiosa y desinteresada colaboración


Nació y quedó abandonado
en una cortada maleva,
mistonga, humilde y cabrera,
y con elegancia rantifusa
invocó llorando a la musa
en versos de labia canera.

Su madre fue la milonga
de la que heredó su destino
y desde sus primeros trinos
presintiendo un triste final
mostró nobleza de arrabal
y arrogante, se hizo camino.

El bautismo fue sencillo
un compadrito del fangal
una grela vestida de percal
otra que oficiaba de pequera
un curda y un linyera
y TANGO le quedó al final.

Araca, un día pelechaste
entraste una noche a tallar
sin más resto que tu chamuyar
porque la Gloria te dio una cita
y en alas de La Cumparsita
ojos guapos se vieron brillar.

Te tocaron el espiante
a extramuros y el zanjón,
quedaste rezagado y tristón
hasta que un morocho orillero
con flamante corte arrabalero
de la mano te llevó al salón.

Las puertas se te abrieron
cuando aquel morocho inmortal
con su melodiosa voz de zorzal
te arrancó al fin del fango
y por siempre ya fuiste tango
de luna, paredón y arrabal.

El lunfa rante de tus ochavas
bate tu prontuario fulero,
canyenque que se hizo diquero
cuando un reo silbó tu estribillo
y rajaste del triste conventillo
tanteando suerte en el entrevero.

Y en la flor de tu remanye
roncando fuerte en el Centro
no te olvidés que allá dentro
de tu prosapia rante impura
gambeteaste la mishiadura
cuando te salió al encuentro.

Ahora la vas de tallador
te creés rompedor y rana
que de la noche a la mañana
cambiaste el lengue por el bastón
pero una lágrima en tu corazón
sin querer te batió la cana.

Y a pesar del consuelo
que siempre diste generoso
hoy rechiflao y rabioso
debo hacerte un reproche
por qué cada noche
te extraña más este mozo.

Hoy vivís en el recuerdo
de aquéllos que te adoraron
en una cortada te bailaron
y una noche de plenilunio
un veinticuatro de junio
sin vergüenza, te lloraron

Tango, tu pueblo te saluda
y evoca triste el día aquél
en que sufriste fatal y cruel
el maldito revés de la suerte
que equivocada trajo la muerte
del gran Carlitos Gardel!!



**********

Silvia Spitalnik


El atrapa-corazones


Atrapa corazones/los estruja
les miente a contramano una historia
les regala un pedacito de gloria
por un rato nomás/por un momento
Arrugas en los ojos desvelados
Atrapa-corazones hace estragos
Imagina argumentos

Les cuenta cada noche un nuevo cuento
los empuja-despacio-los empuja
Y cada corazón se vuelve loco
les exprime la sangre poco a poco
los embruja-despacio-los embruja!

Atrapa-corazones busca pronto
apagarte las luces
te seduce/te acaricia con ganas
te ama de noche/se olvida a la mañana
se confunde tu nombre/se entretiene
atravesando el corazón de trapo
que cuidan con paciencia las mujeres.



**********

Lopecito


A Carlitos Gardel


(recitado)
“Mano a mano”
para Carlitos te reformo
porque sos el clorofomo
que me hace soñar lontano.

(cantado)
Rechiflao en mi tristeza
hoy te evoco y veo que has sido
el más grande ‘e los cantores
y seguís siendo Gardel.
¡El papá!... ¡El papito viejo!
de la milonga porteña.
El Leguisamo del tango,
del estilo el Bernabé.

(recitado)

Sos un pedazo ‘e Barracas,
un cachito de Boedo,
un calito de la Boca,
otro calo de San Telmo,
algo del Bajo Belgrano
y la recta de Palermo.
La picardía criolla
del jugador de potrero
ficha de “monte con puerta”,
de Quinquela barquichuelo,
tango de Dios Filiberto,
compadre ganao p’al centro,
Corrientes a medianoche
y para elevarte al cielo,
te alumbra cantor porteño
el corazón de Florencio
y el sentimiento ‘e Carriego.
¡Tenés todo!
Todo lo que en vos es grande
y nadie alcanzar podría.
Tenés tu espíritu reo
hecho a golpes en la vía,
vos tenés para triunfar
algo difícil de hallar:
El don de la simpatía.

Ayer te vi en “Cuesta abajo".
¿Cuesta abajo?
¡Cuesta arriba vas hermano!
¡Cómo galopiás los años!
Si parece que recién
te acomodaras los largos.
Te bato de corazón:
¡Viejo, estás hecho un Petronio!
Nada más te falta el moño
para hacer la comunión.
Carlitos, por primera vez
he visto en un cine,
y no hablo al cuete
como curdela de “pini”,
dar marcha atrás la película,
lo mismo que “vaturete”
o papusa limusine,
¡Si vieras!... aplaudiendo,
pidiendo el bis... como lo oís.
Los bacanes y bacanas,
los mismos que a latigazos,
al tango lo corrieron de sus salas
la pedían a gritos:¡Carlitos!
La Milonga Porteña te debe una estatua
¿De granito?... ¡No!
¿De piedra?... ¡No!
¿De bronce?.. ¡No!
De barro, hecha con el polvo
de Corrientes y Esmeralda...
de La Boca, de Boedo,
de San Telmo, de Barracas,
y arriba vos, con tu sonrisa clásica,
teniendo entre las manos una guitarra
y en bajorelieve un coro de chicharras...

(cantado)
Tomo y obligo
mándese un trago
que hoy necesito la pena olvidar

(recitado)
¡Cómo te abriste cancha entre los grandes!
Pajarito cantor de Buenos Aires,
triunfaste en la Meca del film
como ayer triunfaste en Joinville.
Tu chambergo requintao
tu mirada sobradora y tu carpeta debute,
ya dio las doce antes de hora,
ya se impuso en “Jolibute”,
lo eclipsastes a Novarro
a Ronald Colman y Menjute.
Y aunque lejos, no nos echas al olvido.
¡Que cariño, con que amor
nos endilgas esa flor!...
Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más penas ni olvido
¡Ah! criollo lindo...
Si a Ramón Novarro las pibas más preciosas
lo recibieron con rosas, claveles y jazmines
yo pediré a la barra que no lleve ni un clavel
para Gardel...
Que lleven mil guitarras y en su homenaje
hagan vibrar en el cordaje
vidalas de gloria por él,
por el papá de la milonga porteña,
por Carlitos Gardel.



**********

Ricardo Carrara


Al Mago


Uno a uno, se agolpan los recuerdos,
desafiando el olvido y la guadaña;
como queriendo rimar desde tu ausencia,
las notas que se estrujan,
en el reposo de grises madrugadas.

Esquinas que guardan el secreto,
de boliches, tugurios sin mañana,
donde se juntan guapeando, la belleza,
con locos berretines,
que tus chamuyos pudieron darle alma.

Reviviendo desafíos y entreveros,
añorando el taconear, y en una caña,
acodado al estaño de los tiempos,
tu presencia se hace carne,
en la inmortal cadencia ciudadana.



**********

Nélida E. Vázquez


Herencia (a Carlos Gardel)


En mi ciudad
el imperio del barro desplegaba
sus opacas banderas:
viriles frustraciones,
resignadas derrotas maternales,
amores atacados de impotencia...

En mi ciudad
crecían, infructuosos, los ocios y trajines;
ardiente, la pobreza;
cabizbajos, los odios...

En mi ciudad
lo triste acontecía.

Las calles reclamaban una siembra de sal.
Soñaban sus noctámbulos perfiles
con cales y con yesos de guitarras.
Cada niño buscaba un sol de leche
para entibiar sus rangos y rayuelas,
un bandoneón de arroz
para entonar su destino sin música.

Por eso, en tu partida,
decidiste dejarnos una herencia:
esa ofrenda de espuma,
ese dulce esqueleto alborozado,
los pacíficos y amables alfileres
de tu sonrisa.

Tiene la misma edad que tu voz sin edades.
Lleva un alto pregón en su silencio.
Su elocuente mutismo
despedaza los gritos del asfalto,
hace morir de fe a los adoquines
y le demuestra al duende de los tangos
que es posible
una historia sin pecado concebida.

Gracias por el legado,
por ese mar que hoy reluce blandamente
en las oscuras venas del cemento.



**********

Monique Ruffié de Saint-Blancat
Poema en forma de acróstico

Gardel: nacimiento y reconocimient
o


Carlos, el tolosano sin padre conocido,
Honor del pago mío, cuna de su existencia,
Al Tango lo ha llevado hasta la quintaesencia,
Revelando su encanto al orbe cautivado.

La estación se acababa, cuando asomó al mundo,
En diciembre, una noche, con su tierna inocencia,
San José que acogía obras de la licencia,
Recibió a la soltera como al recién nacido.

Olvidando el planchado, la moza era sin guía:
Madre no se sentía, urdiendo todavía
Un posible abandono del fruto del pecado.

Al fin, la pobrecita, borrando la quimera,
Ladeó la idea, corazón escondido,
Dándole al pequeño tesoros de ternura.

No comments: