Monday, June 22, 2009

EMILIO BALLAGAS (1908-1954)


Víspera

Estarme aquí quieto, germen
De la canción venidera
—íntegro, virgen, futuro.

Estarme dormido —íntimo—
En tierno latir ausente
De honda presencia secreta.

Y éxtasis —alimento—
De ignorante —ausente, puro—
Nonnato de claridades
Con la palabra inicial
Y el dulce mañana intacto.



Sentidos

Que me cierren los ojos con uvas.
(Diáfana, honda plenitud de curvas.)

Que me envuelva un incendio de manzanas.

Que me envuelvan —presagio de pulpa―
En ciruelas de tacto perfumado…

Inundadme
En pleamar de pétalos y trinos.

Que me ciñan —¡Ceñidme― de eclípticas azules.




Canción sin tiempo

I


En la pureza de los círculos concéntricos
Que crecen y se evaden
Desde secretos puntos de armonía.

Tú, en el minuto que conmemora
La dulzura inefable del perfil
Y la inocencia de las manos unidas
En un solo pulso,
En un salto a otro espacio, en una sangre única.

Cielo de aguas de olvido.
Frescor perezoso de palmeras inexistentes.
Fuente recién abierta. Aguasangre
Que a través de las venas de la tierra
Viene del seno de una campesina,
Nace en el corazón de una madre
Que canta una canción de cuna
Y brota en ese punto donde se rompe
La vena más débil y amorosa de la tierra.

Tú, desde el cielo de la frente
Hecha para el vuelo de los más puros pensamientos,
Hasta el rastro de música apagada
Que deja el pie desnudo
En la arena de una playa nocturna, aún
No descubierta.
Las palabras nos separan
Y nos demoran el amanecer de los besos.
La madrugada de los ojos en los ojos.

Por eso el dedo índice sobre mis labios
Te construye el silencio,
Esa atmósfera donde alientas
Y que te crea de nuevo,
Deleitándose en cada forma
Con la pasión de un escultor.

Por mi silencio existes.
No necesitas la realidad de la forma,
Ni la piel, ni el relieve de las venas…
Ni el contorno del labio superior.
Prescindes ya del nombre.
Yo espero otro para nombrarte,
Un nombre que convenga a tu ser nuevo.
El nombre que los ángeles pronuncian en voz baja
Y aún no ha abierto su flor al borde de mi oído.



Nocturno

¿Cómo te llamas, noche de esta noche?
Dime tu nombre. Déjame
Tu santo y seña
Para que yo te reconozca
Siempre
A través de otras noches diferentes.

Tú me ofreces su frente en medialuna
(Medialuna de carne),
Sus labios (pulpa en sombra)
Y su perfil al tacto…
(Mañana mi derecha
Jugará a dibujar su contorno en el aire.)

¿Cómo te llamas, noche de esta noche?
Dime tu nombre, déjame
Tu santo y seña
Para que yo te reconozca
Siempre
A través de otras noches diferentes.
¡Y que pueda llamarte gozoso,
Trémulo,
Por tu nombre!



Poema impaciente

¿Y si llegas tarde,
Cuando mi boca tenga
Sabor seco a cenizas,
A tierras amargas?

¿Y si llegaras cuando
La tierra removida y oscura (ciega,muerta)
Llueva sobre mis ojos,
Y desterrado de la luz del mundo
Te busque en la luz mía,
En la luz interior que yo creyera
Tener fluyendo en mí?

(Cuando tal vez descubra
Que nunca tuve luz
Y marche a tientas dentro de mí mismo,
Como un ciego que tropieza a cada paso
Como recuerdos que hieren como cardos.)

¿Y si llegara cuando ya el hastío
Ata y venda y las manos;
Cuando no pueda abrir los brazos
Y cerrarlos después como las valvas
De una concha amorosa que defiende
Su misterio, su carne, su secreto;
Cuando no pueda oir abrirse
La rosa de tu beso ni tocarla
(Tacto mío marchito entre la tierra yerta)
Ni sentir que me nace otro perfume
Que le responda al tuyo,
Ni enseñar a tus rosas
El color de mis rosas?

¿Y si llegaras tarde
Y encontraras tan sólo)
Las cenizas heladas de la espera?



Cielo en rehenes

Del libro del mismo nombre (1951)
Te miro sin dejar de contemplarte
Copo de sol, espuma conjurada
Y abro mi corazón de parte a parte
Para ofrecerte jubilosa entrada.

Comprendo que del caos fuera arrancada
La esbelta luz; ignoro por qué arte
Puedo en un solo pétalo labrarte
Con dedos leves el primor de un hada.

De nuevo el manantial de la belleza
Echa a correr con sosegado porte
Contando perla a perla su pureza.

Cielo en rehenes, majestad sin corte;
Donde en alto fulgure tu cabeza
Allí está el girasol, allí su norte.



De otro modo


Si en vez de ser así,
si las cosas de espaldas (fijas desde los siglos)
se volviesen de frente
y las cosas de frente (inmutables)
volviesen las espaldas,
y lo diestro viniese a ser siniestro
y lo izquierdo derecho...
¡No sé cómo decirlo!

Suéñalo
con un sueño que está detrás del sueño,
un sueño no soñado todavía,
al que habría que ir,
al que hay que ir
(¡No sé cómo decirlo!)
como arrancando mil velos de niebla
y al fin el mismo sueño fuese niebla.

De todos modos, suéñalo
en ese mundo, o en éste que nos cerca y nos
apaga
donde las cosas son como son, o como dicen que
son
o como dicen que debieran ser...
Vendríamos cantando por una misma senda
y yo abriría los brazos
y tú abrirías los brazos
y nos alcanzaríamos.
Nuestras voces unidad rodarían
hechas un mismo eco.

Para vernos felices
se asomarían todas las estrellas.
Querría conocernos el arcoiris
palpándonos con todos sus colores
y se levantarían las rosas
para bañarse un poco en nuestra dicha...
(¡Si pudiera ser como es,
o como no es... En absoluto diferente!)

Pero jamás,
jamás
¿Sabes el tamaño de esta palabra:
Jamás?
¿Conoces el sordo gris de esta piedra:
Jamás?
¿Y el ruido que hace
al caer para siempre en el vacío:
Jamás?

No la pronuncies, déjamela.
(Cuando esté solo yo la diré en voz baja
suavizada de llanto, así:
Jamás...)



Elegía sin nombre


But now I think there is no unreturn'd love,
the pay is certain one way or another,
(I loved a certain person ardentlyand my
love was not return'd,
Yet out of that I have written these songs.)
WALT WHITMAN

Mas ¿qué importan a mi vida las playas del mundo?
Es esta solamente quien clava mi memoria.
LUIS CERNUDA

Descalza arena y mar desnudo.
Mar desnudo, impaciente, mirándose en el cielo.
El cielo continuándose a sí mismo,
persiguiendo su azul sin encontrarlo
nunca definitivo, destilado.

Yo andaba por la arena demasiado ligero,
demasiado dios trémulo para mis soledades,
hijo del esperanto de todas las gargantas,
pródigo de miradas blancas, sin vuelo fijo.


Se hacían las gaviotas, se deshacían las nubes
y tornaban las olas a embestir a la orilla.
(Tanta batalla blanca de espumas desatadas
era para cuajar en una sola concha, sin imagen
de nieve ni sal pulida y dura.)


El viento henchía sus velas de un vigor invisible,
danzaba olvidadizo, despedido, encontrado
y tú eras tú.
Yo aún no te había visto.
Hijo de mi presente —fresco niño de olvido—
la sangre me traía noticias de las manos.
Sabía dividir la vida de mi cuerpo como el canto
en estrofas:
cabeza libre, hombros,
pecho,
muslos y piernas estrenadas.
Por dentro me iba una tristeza de lejanas, de
extraviadas palomas,
de perdidas palabras más allá del silencio,
hechas de alas en polvo de mariposas
y de rosas cenizas ausentes de la noche...
Girasol en los sueños: aún no te había visto.
Imán. Clavel vivido en detenido gesto.
Tú no eras tú.


Yo andaba, andaba, andaba
en un andar en andas más frágil que yo mismo,
con una ingravidez transparente y dormida
suelto de mis recuerdos, con el ombligo al
viento...
Mi sombra iba a mi lado sin pies para seguirme,
mi sombra se caía rota, inútil y magra;
como un pez sin espinas mi sombra iba a mi
lado,
como un perro de sombras
tan pobre que ni un perro de sombras le ladraba.


iYa es mucho siempre siempre, ya es demasiado
siempre, mi lámpara de arcilla!
iYa es mucho parecerme a mis pálidas manos
y a mi frente clavada por un amor inmenso,
frutecido de nombres, sin identificarse
con la luz que recortan las cosas agriamente!
iYa es mucho unir los labios para que no se
escape
y huya y se desvanezca
mi secreto de carne, mi secreto de lágrimas,
mi beso entrecortado!


Iba yo. Tú venías,
aunque tu cuerpo bello reposara tendido.
Tú avanzabas, amor, te empujaba el destino,
como empuja a las velas el titánico viento de
hombros
estremecidos.
Te empujaban la vida, y la tierra, y la muerte
y unas manos que pueden más que nosotros
mismos:
unas manos que pueden unirnos y arrancarnos
y frotar nuestros ojos con el zumo de
anémonas...


La sal y el yodo eran; eran la sal y el alga;
eran, y nada más, yo te digo que eran
en el preciso instante de ser.


Porque antes de que el sol terminara su escena
y la noche moviera su tramoya de sombras,
te vi al fin frente a frente,
seda y acero cables nos tendió la mirada.
(Mis dedos sin moverse repasaban en sueños
tus cabellos endrinos.)
Así anduvimos luego uno al lado del otro,
y pude descubrir que era tu cuerpo alegre
una cosa que crece como una llamarada que
desafía al viento,
mástil, columna, torre, en ritmo de estatura
y era la primavera inquieta de tu sangre
una música presa en tus quemadas carnes.


Luz de soles remotos,
perdidos en la noche morada de los siglos,
venía a acrisolarse en tus ojos oblicuos,
rasgados levemente,
con esa indiferencia que levanta las cejas.


Nadabas,
yo quería amarte con un pecho
parecido al del agua; que atravesaras ágil,
fugaz, sin fatigarte. Tenías y aún las tienes
las uñas ovaladas,
metal casi cristal en la garganta
que da su timbre fresco sin quebrarse.
Sé que ya la paz no es mía:
te trajeron las olas
que venían ¿de dónde? que son inquietas
siempre;
que te vas ya por ellas o sobre las arenas,
que el viento te conduce
como a un árbol que crece con musicales hojas.


Sé que vives y alientas
con un alma distinta cada vez que respiras.
Y yo con mi alma única, invariable y segura,
con mi barbilla triste en la flor de las manos,
con un libro entreabierto sobre las piernas quietas,
te estoy queriendo más,
te estoy amando en sombras,
en una gran tristeza caída de las nubes,
en una gran tristeza de remos mutilados,
de carbón y cenizas sobre alas derrotadas...


Te he alimentado tanto de mi luz sin estrías
que ya no puedo más con tu belleza dentro,
que hiere mis entrañas y me rasga la carne
como anzuelo que hiere la mejilla por dentro.


Yo te doy a la vida entera del poema:
No me avergüenzo de mi gran fracaso,
que este limo oscuro de lágrimas sin preces, naces
—dalia del aire— más desnuda que el mar
más abierta que el cielo;
más eterna que ese destino que empujaba tu
presencia a la mía,
mi dolor a tu gozo.

¿Sabes?
Me iré mañana, me perderé bogando
en un barco de sombras,
entre moradas olas y cantos marineros,
bajo un silencio cósmico, grave y fosforescente...

y entre mis labios tristes se mecerá tu nombre
que no me servirá para llamarte
y lo pronuncio siempre para endulzar mi sangre,
canción inútil siempre, inútil, siempre inútil,
inútilmente siempre.

Los pechos de la muerte me alimentan la vida.

Saturday, June 20, 2009

ΓΙΑΝΝΗΣ ΡΙΤΣΟΣ: ΚΑΠΝΙΣΜΕΝΟ ΤΣΟΥΚΑΛΙ


ΚΑΠΝΙΣΜΕΝΟ ΤΣΟΥΚΑΛΙ

ΕΙΤΑΝ μακρύς ο δρόμος ως εδώ. Πολύ μακρύς, αδελφέ μου.
Οι χειροπέδες βάραιναν τα χέρια. Τα βράδια
που ο μικρός γλόμπος κουνούσε το κεφάλι του λέγοντας «πέ-
ρασε η ώρα»
εμείς διαβάζαμε την ιστορία του κόσμου σε μικρά ονόματα
σε κάποιες χρονολογίες σκαλισμένες με το νύχι στους τοίχους
των φυλακών
σε κάτι παιδιάστικα σχέδια των μελλοθανάτων
— μια καρδιά, ένα τόξο, ένα καράβι πούσκιζε σίγουρα το
χρόνο,
σε κάποιους στίχους που έμειναν στη μέση για να τους τε-
λειώσουμε
σε κάποιους στίχους που τελειώσαν για να μην τελειώσουμε.


Είταν μακρύς ο δρόμος ως εδώ — δύσκολος δρόμος.
Τώρα είναι δικός σου αυτός ο δρόμος. Τον κρατάς
όπως κρατάς το χέρι του φίλου σου και μετράς το σφυγμό
του
πάνου σε τούτο το σημάδι που άφησαν οι χειροπέδες.
Κανονικός σφυγμός. Σίγουρο χέρι.
Κανονικός σφυγμός. Σίγουρος δρόμος.


ΔΙΠΛΑ σου αυτός ο ανάπηρος πριν κοιμηθεί βγάζει το πό-
δι του
τ' αφήνει στη γωνιά — ένα κούφιο ξύλινο πόδι —
πρέπει να το γεμίσεις όπως γεμίζεις τη γλάστρα με χώμα
να φυτέψεις λουλούδια
όπως γεμίζει το σκοτάδι με αστέρια
όπως γεμίζει λίγο-λίγο h φτώχεια στοχασμό κι αγάπη.

Τόχουμε απόφαση, μια μέρα όλοι οι άνθρωποι νάχουνε δυο
πόδια
ένα χαρούμενο γεφύρι από μάτια σε μάτια
από καρδιά σε καρδιά. Γι’ αυτό όπου καθήσεις
ανάμεσα στα τσουβάλια του καταστρώματος φεύγοντας για
την εξορία
πίσω απ' τα σίδερα του τμήματος μεταγωγών
κοντά στο θάνατο που δε λέει «αύριο»

ανάμεσα σε χιλιάδες δεκανίκια από πικρά σακατεμένα χρό-
νια,
εσύ λες «αύριο» και κάθεσαι ήσυχος και βέβαιος
όπως κάθεται ένας δίκαιος άνθρωπος αντίκρυ στους ανθρώ-
πους.


ΑΥΤΑ τα κόκκινα σημάδια στους τοίχους μπορεί νάναι κι
από αίμα
— όλο το κόκκινο στις μέρες μας είναι αίμα —
μπορεί νάναι κι απ' το λιόγερμα που χτυπάει στον απέναντι
τοίχο.

Κάθε δείλι τα πράγματα κοκκινίζουν πριν σβήσουν
κι ο θάνατος είναι πιο κοντά. Έξω απ' τα κάγκελα
είναι οι φωνές των παιδιών και το σφύριγμα του τραίνου.

Τότε τα κελλιά γίνονται πιο στενά
και πρέπει να σκεφτείς το φως σ' έναν κάμπο με στάχυα
και το ψωμί στο τραπέζι των φτωχών
και τις μητέρες να χαμογελάνε στα παράθυρα
για να βρεις λίγο χώρο ν' απλώσεις τα πόδια σου.

Κείνες τις ώρες σφίγγεις το χέρι του συντρόφου σου,
γίνεται μια σιωπή γεμάτη δέντρα
το τσιγάρο κομμένο στη μέση γυρίζει από στόμα σε στόμα
όπως ένα φανάρι που ψάχνει το δάσος — βρίσκουμε τη φλέβα
πού φτάνει στην καρδιά της άνοιξης. Χαμογελάμε.


ΧΑΜΟΓΕΛΑΜΕ κατά μέσα. Αυτό το χαμόγελο το κρύ-
βουμε τώρα.
Παράνομο χαμόγελο — όπως παράνομος έγινε κι ο ήλιος
παράνομη κ' η αλήθεια. Κρύβουμε το χαμόγελο
όπως κρύβουμε στην τσέπη μας τη φωτογραφία της αγα-
πημένης μας
όπως κρύβουμε την ιδέα της λευτεριάς ανάμεσα στα δυο
φύλλα της καρδιάς μας.
Όλοι εδώ πέρα έχουμε έναν ουρανό και το ίδιο χαμόγελο.

Αύριο μπορεί να μας σκοτώσουν. Αυτό το χαμόγελο
κι αυτόν τον ουρανό δεν μπορούν να μας τα πάρουν.


ΞΕΡΟΥΜΕ πως ο ίσκιος μας θα μείνει πάνου στα χωράφια
πάνου στην πλίθινη μάντρα του φτωχόσπιτου
πάνου στους τοίχους των μεγάλων σπιτιών πού θα χτίζονται
αύριο
πάνου στην ποδιά της μητέρας πού καθαρίζει φρέσκα φα-
σολάκια
στη δροσερήν αυλόπορτα. Το ξέρουμε.

Ευλογημένη ας είναι η πίκρα μας.
Ευλογημένη η αδελφοσύνη μας.
Ευλογημένος ο κόσμος που γεννιέται.


ΚΑΠΟΤΕΣ είμαστε πολύ περήφανοι, αδελφέ μου,
γιατί δεν είμαστε καθόλου σίγουροι.
Μεγάλα λόγια λέγαμε
πολλά χρυσά γαλόνια βάζαμε στο μπράτσο του στίχου μας
ένα ψηλό λοφίο ανέμιζε στο μέτωπο του τραγουδιού μας
κάναμε θόρυβο — φοβόμαστε, γι' αυτό κάναμε θόρυβο
σκεπάζαμε το φόβο μας με τη φωνή μας
χτυπούσαμε τα τακούνια μας στο πεζοδρόμιο
ανοιχτές δρασκελιές, καμπανιστές
όπως κείνες οι παρελάσεις με τ' άδεια κανόνια
πού τις κοιτάν οι άνθρωποι απ' τα πορτοπαράθυρα
και που κανείς δεν τις χειροκροτάει.


ΤΟΤΕΣ βγάζαν λόγους στις ξύλινες εξέδρες, στα μπαλκόνια,
φώναζαν τα ραδιόφωνα, ξανάλεγαν τους λόγους,
πίσω άπ' τις σημαίες κρυβόταν ο φόβος
μέσα στα τύμπανα αγρυπνούσαν οι σκοτωμένοι
κανείς δεν καταλάβαινε τι γινόταν
οι σάλπιγγες μπορεί να δίναν το ρυθμό στα βήματα
δε δίναν το ρυθμό στην καρδιά. Ψάχναμε το ρυθμό.

Οι αντιφεγγιές άπ' τα όπλα και τα τζάμια κάτι δίναν στα
μάτια μια στιγμή — τίποτ' άλλο?
ύστερα κανένας δε θυμόταν λέξη, δε θυμόταν πρόσωπο και
ήχο.
Το βράδι όταν σβήναν τα φώτα κ' έσερνε ο αγέρας στους
δρόμους τις χάρτινες σημαιούλες
κ' η βαρειά σκιά ενός οδοστρωτήρα έμενε στην πόρτα
εμείς αγρυπνούσαμε
μαζεύαμε τη σκόρπια βουή των δρόμων
μαζεύαμε τα σκόρπια βήματα
βρίσκαμε το ρυθμό, την καρδιά, τη σημαία.


ΚΑΙ να, αδελφέ μου, που μάθαμε να κουβεντιάζουμε
ήσυχα-ήσυχα κι απλά.
Καταλαβαινόμαστε τώρα — δε χρειάζονται περισσότερα.
Κι αύριο λέω θα γίνουμε ακόμα πιο απλοί
θα βρούμε αυτά τα λόγια που παίρνουν το ίδιο βάρος σ' όλες
τις καρδιές, σ' όλα τα χείλη
έτσι να λέμε πια τα σύκα: σύκα, και τη σκάφη: σκάφη,
κ' έτσι που να χαμογελάνε οι άλλοι και να λένε: «τέτοια
ποιήματα
σου φτιάχνουμε εκατό την ώρα». Αυτό θέλουμε και μεις.

Γιατί εμείς δεν τραγουδάμε για να ξεχωρίσουμε, αδελφέ
μου, απ' τον κόσμο
εμείς τραγουδάμε για να σμίξουμε τον κόσμο.


ΛΟΙΠΟΝ δεν είναι ανάγκη να φωνάξω για να με πιστέψουν,
να πουν: «όποιος φωνάζει έχει το δίκιο».
Εμείς το δίκιο τόχουμε μαζί μας και το ξέρουμε
κι όσο σιγά κι αν σου μιλήσω, ξέρω πώς θα με πιστέψεις —
συνηθίσαμε στη σιγανή κουβέντα στα κρατητήρια, στις συ-
νεδριάσεις, στη συνωμοτική δουλειά της κατοχής
συνηθίσαμε στα μικρά σταράτα λόγια πάνου άπ' το φόβο
και πάνου άπ' τον πόνο
ήμερα, ώρα, σύνθημα στις τρομερές, μουγγές γωνιές της
νύχτας
στις διασταυρώσεις του χρόνου που μια στιγμή τις φώτιζε
ο προβολέας του μέλλοντος —
βιαστικά λόγια, μια μικρή περίληψη της ζωής, τα κύρια
σημεία μονάχα
γραμμένα στο κουτί των τσιγάρων, ή σ' ένα τόσο δα χαρτί
κρυμμένο στο παπούτσι, ή στο στρίφωμα του σακκακιού μας,
ένα μικρό χαρτί σαν ένα μεγάλο γεφύρι πάνου άπ' το θάνατο.


Α, βέβαια, όλα τούτα θα πουν δεν είναι τίποτα.
Όμως εσύ, αδελφέ μου, ξέρεις πώς από τούτα τ' απλά λόγια
από τούτες τις απλές πράξεις, από τούτα τα απλά τραγούδια
μεγαλώνει το μπόι της ζωής, μεγαλώνει ο κόσμος, μεγα-
λώνουμε.


ΚΙ ΟΧΙ να πείτε πούκανα και τίποτα σπουδαίο
μόνο που πέρασα κι ακούμπησα στον ίδιο τοίχο που ακουμ-
πήσατε, συντρόφια μου,
μόνο που διάβασα στα τμήματα μεταγωγών τα ονόματα
των ηρώων και των μαρτύρων μας
μόνο που φόρεσα τις ίδιες χειροπέδες που φορέσατε
μόνο που πόνεσα μαζί σας κι ονειρεύτηκα μαζί σας
μόνο που σε βρήκα και με βρήκες, σύντροφε.


Ο μπάρμπα-Χρίστος έχτισε το φούρνο του στρατοπέδου.
Είχα σταθεί και κοίταζα τα σίγουρα γεροντικά του χέρια
τούτα τ' απλά, σοφά, συντροφικά του χέρια —
ώρα την ώρα ο φούρνος ψήλωνε
ψήλωνε ο κόσμος
ψήλωνε η αγάπη
κι όταν γεύτηκα το πρώτο κομμάτι άπ' το ζεστό καρβέλι
μας
μ' αύτη τη γεύση πήρα μέσα μου
κάτι απ' τα σοφά χέρια του γέρο-χτίστη
κάτι απ' το ήσυχο χαμόγελό του που δε ζητάει ανταπόδοση
κάτι απ' τα χέρια όλων των συντρόφων που ζυμώνουν το
ψωμί του κόσμου
εκείνη τη γαλήνια σιγουριά του ανθρώπου
που φτιάχνει ωφέλιμα κι απαραίτητα πράματα.


ΎΣΤΕΡΑ μάθαμε πολύ περισσότερα, μα αν θα καθόμουν
να σας τα ιστορήσω όλα
δε θα τέλειωνε ποτέ το τραγούδι μου
όπως ποτέ δεν τελειώνει η αγάπη μας, η ζωή, ο ήλιος.

Κ' έρχομαι μονάχα να σ' αγκαλιάσω και να κλάψω, αδελφέ
μου,
όπως ο ερωτευμένος που γυρνάει από χρόνια στην καλή του
και μ' ένα του φιλί της λέει όλα τα χρόνια που περίμενε
κι όλα τα χρόνια που τους περιμένουν πέρα απ' το φιλί τους.


ΕΜΕΙΣ ώρες πολλές κοιτάξαμε το ίδιο σημάδι
πολλές ζωές το ψάξαμε τούτο το σημάδι
ως να του εμπιστευτούμε την καρδιά μας και τα χέρια μας.

Κι αυτό που το κοιτάξανε χιλιάδες πονεμένοι ανθρώποι
παίρνει κάτι απ' τα μάτια μας κι απ' το σμίξιμο των ματιών
μας
και μεγαλώνει, μεγαλώνει, μεγαλώνει,
όπως το ζυμάρι στη σκάφη, το δέντρο στον ήλιο, η ελπίδα
στην καρδιά μας.

Και τ' άλλα πάλι, τα πολύ μεγάλα, τ' άπιαστα κι αθώρητα
απ' το πολύ που τα κοιτάξαμε μαζί και τ' αγαπήσαμε μαζί
έγιναν πια δικά μας, ένα με μας, τάχουμε δίπλα μας
σαν την αλατιέρα, σαν το πιρούνι, σαν το πιάτο
και τώρα το ίδιο απλά και γκαρδιακά κοιτάζουμε ένα φύλλο
ή ένα αστέρι
την πέτρα όπου καθόμαστε ή τα ψηλά φουγάρα του μέλλοντος.


Η ΚΑΡΔΙΑ μου σήμερα δε μοιάζει με κανένα σύγνεφο
χρυσό που λαμπαδιάζει στο λιόγερμα
μήτε με κανέναν άγγελο που στρώνει το τραπέζι μες στα
δέντρα του Παράδεισου
τινάζοντας με τ' άσπρα του φτερά τα ψίχουλα των άστρων
απ' τις γενειάδες των παλιών Αγίων.


Τίποτα τέτοιο. Η καρδιά μου είναι τώρα ένα φαρδύ χωμα-
τένιο τσουκάλι
που μπήκε πολλές φορές στη φωτιά
που μαγέρεψε χιλιάδες φορές για τους φτωχούς
για τους ξωμάχους, για τους περατάρηδες
για τους εργάτες και για τις πικρές μανάδες τους
για τον πεινασμένον ήλιο, για τον κόσμο — ναι, για όλο τον
κόσμο
— ένα φτωχό, καπνισμένο, μαυρισμένο τσουκάλι που κάνει
καλά τη δουλειά του
που βράζει άγρια ραδίκια του βουνού κι αριά και που κάνα
κοψίδι κρέας
κι από κάτου συδαυλίζουν τη φωτιά τα πεινασμένα αδέρφια
μου
— καθένας βάζει και το ξύλο του
καθένας καρτεράει το μερτικό του.

Κάθονται γύρω-γύρω μαζί με τ' αρνιά και τα γελάδια
όπως καθόσαστε τώρα εσείς τριγύρω μου
μιλάνε για τον καιρό, για τη σπορά, για τη σοδειά
μιλάνε για τη βροχή, για τον ήλιο, για την ειρήνη
για κείνο το σημάδι που όλο και περισσότερα μάτια το κοι-
τάζουν
για κείνο το άστρο που δε σβήνει με κανέναν άνεμο
κ' οι πεθαμένοι μαζεύονται γύρω απ' την τάβλα μας
και περιμένουν κι αυτοί το μερτικό τους.
Και τούτο το τσουκάλι βράζει, βράζει τραγουδώντας.


ΤΟΥΤΕΣ τις μέρες ο άνεμος μας κυνηγάει.
Γύρω σε κάθε βλέμμα το συρματόπλεγμα
γύρω στην καρδιά μας το συρματόπλεγμα
γύρω στην ελπίδα το συρματόπλεγμα. Πολύ κρύο εφέτος.

Πιο κοντά. Πιο κοντά. Μουσκεμένα χιλιόμετρα μαζεύονται
γύρω τους.
Μέσα στις τσέπες του παλιού πανωφοριού τους
έχουν μικρά τζάκια να ζεσταίνουν τα παιδιά.

Κάθονται στον πάγκο κι αχνίζουν απ' τη βροχή και την
απόσταση.
Η ανάσα τους είναι ο καπνός ενός τραίνου που πάει μακριά,
πολύ μακριά. Κουβεντιάζουν
και τότε η ξεβαμμένη πόρτα της κάμαρας γίνεται σα μητέρα
που σταυρώνει τα χέρια της κι ακούει.

Κι ακούω και γω και παίρνω κι αυγαταίνω —
ρίχνω και γω καμμιά κουβέντα που και που
όπως ρίχνουμε ένα ξύλο στη φωτιά —
φουντώνει η φλόγα, γίνεται πιότερο το φώ — ξύλο το ξύλο —
κοκκινίζουν οι τοίχοι, αποτραβιέται ο άνεμος, τρίζει το
παραθυρόφυλλο
ακούγεται έξω κάποιο γαϊδουράκι που βόσκει ακόμα στο
γρασίδι
και το σκυλί κάθεται ήσυχο μπροστά στα πόδια των πεθα-
μένων.
Όλοι περιμένουμε να ξημερώσει.


ΕΠΕΣΕ ο άνεμος. Σιωπή. Στη γωνιά της κάμαρας
ένα αλέτρι συλλογισμένο — περιμένει τ' όργωμα.
Ακούγεται πιο καθαρά το νερό που κοχλάζει στο τσουκάλι.

Αυτοί που περιμένουν στον ξύλινο πάγκο
είναι οι φτωχοί, οι δικοί μας, οι δυνατοί
είναι οι ξωμάχοι, οι σπουδαστές κ' οι προλετάριοι
— κάθε τους λέξη είναι ένα ποτήρι κρασί
μια γωνιά μαύρο ψωμί
ένα δέντρο πλάϊ στο βράχο
ένα παράθυρο ανοιχτό στη λιακάδα.

Είναι οι δικοί μας Χριστοί, οι δικοί μας Άγιοι.
Τα χοντρά τους παπούτσια είναι σα βαγόνια με κάρβουνο
τα χέρια τους είναι η σιγουριά —
αργασμένα χέρια, σκληρά χέρια, ροζιασμένα
με φαγωμένα νύχια, με άγριες τρίχες
με το μεγάλο δάχτυλο φαρδύ όσο η ιστορία του ανθρώπου
με τη φαρδειά σπιθαμή σα γιοφύρι πάνου απ' το γκρεμό.
Τα δαχτυλικά τους αποτυπώματα δεν είναι μονάχα στα μη-
τρώα των φυλακών
φυλάγονται στα αρχεία της ιστορίας,
τα δαχτυλικά τους αποτυπώματα είναι οι πυκνές σιδηρο-
δρομικές γραμμές
που διασχίζουν το μέλλον. Κ' η καρδιά μου εμένα
τίποτα πιότερο, συντρόφια μου, ένα πήλινο μαυρισμένο
τσουκάλι
που κάνει καλά τη δουλειά του —•τίποτ' άλλο. Γεια σας
σύντροφοι.


ΛΟΙΠΟΝ, παιδιά μου, συλλογιέμαι τώρα σαν τον παππού
που λέει παραμύθια
(και μη θυμώνετε που σας λέω «παιδιά μου»,
μόνο στα χρόνια μπορεί νάμαι πιο μεγάλος
σε τίποτ' άλλο,
κι αύριο θα με πείτε εσείς: «παιδί μου», και γω δε θα θυ-
μώνω
γιατί όσο θάναι νιότη μες στον κόσμο θάμαι νέος,
και να με λέτε: «παιδί μου», παιδιά μου) —
λοιπόν, παιδιά μου, συλλογιέμαι τώρα
να βρω μια λέξη να ταιριάζει στο μπόϊ της λευτεριάς
μήτε πιο ψηλή, μήτε πιο κοντή
— το περίσσιο είναι ψεύτικο
το λιγοστό είναι ντροπαλό,
και γω δεν τόχω σκοπό να καμαρώσω
για τίποτα πιότερο, για τίποτα, λιγότερο από άνθρωπος.

Θα βρούμε το τραγούδι μας. Καλά πάμε. Τί λες και συ,
σύντροφε;
Καλά, καλά.

Βράσανε τα ραδίκια. Λιγοστό το λάδι. Δεν πειράζει.
Περσεύει η όρεξη κ' η καρδιά. Είναι ώρα.


ΕΔΩ είναι φως αδερφικό — απλά τα χέρια και τα μάτια.
Εδώ δεν είναι νάμαι εγώ πάνω από σένα ή εσύ πάνω από
μένα.
Εδώ είναι νάναι ο καθένας μας πάνω απ' τον εαυτό του.

Εδώ είναι ένα φως αδερφικό που τρέχει σαν ποτάμι δίπλα
στο μεγάλο τοίχο.
Αυτό το ποτάμι το ακούμε ως και μέσα στον ύπνο μας.
Κι όταν κοιμόμαστε τόνα μας χέρι κρεμασμένο απ' όξω απ'
την κουβέρτα
βρέχεται μέσα σε τούτο το ποτάμι.

Φτάνει με δυο σταγόνες μόνο από τούτο το νερό να ραντίσεις
το πρόσωπο του εφιάλτη, και χάνεται καπνός πίσω απ' τα
δέντρα.
Κι ο θάνατος δεν είναι παρά ένα φύλλο που έπεσε για να θρέ-
ψει ένα φύλλο που ανεβαίνει.


ΤΩΡΑ το δέντρο σε κοιτάει κατάματα μες απ' τα φύλλα του
η ρίζα σου δείχνει όλο το δρόμο της
εσύ κοιτάς κατάματα τον κόσμο —δεν έχεις τίποτα να κρύ-
ψεις.
Τα χέρια σου είναι καθαρά, πλυμένα με το χοντρό σαπούνι
του ήλιου
τα χέρια σου τ' αφήνεις στο συντροφικό τραπέζι ξέσκεπα
τα εμπιστεύεσαι στα χέρια των συντρόφων σου.

Η κίνησή τους είναι απλή, γεμάτη ακρίβεια.
Κι όταν ακόμη βγάζεις μια τρίχα απ' το σακκάκι του φίλου
σου
είναι σα να βγάζεις ένα φύλλο απ' το ημερολόγιο
επιταχύνοντας το ρυθμό του κόσμου.
Μ' όλο που το ξέρεις πως έχεις ακόμη να κλάψεις πολύ
ώσπου να μάθεις τον κόσμο να γελάει.


ΕΝΑ τσουκάλι λοιπόν. Τίποτ' άλλο.
Πήλινο, μαυρισμένο τσουκάλι,
βράζοντας, βράζοντας και τραγουδώντας,
βράζοντας πάνω στου ήλιου τη φωτιά και τραγουδώντας.



Στρατόπεδο Συγκέντρωσης Πολιτικών Κρατουμένων
ΚΟΝΤΟΠΟΥΛΙ ΛΗΜΝΟΥ,
Δεκέμβριος 1948 - Φεβρουάριος 1949.

Friday, June 19, 2009

Ο PAUL ELUARD ΜΕΤΑΦΡΑΖΕΙ FEDERICO GARCÍA LORCA



ODE A SALVADOR DALÍ

Une rose dans le haut jardin que tu désires.
Une roue dans la pure syntaxe de l’acier.
Elle est nue la montagne de brume impressionnistes.
Les gris en sont à leurs dernières balustrades.

Dans leurs blancs studios, les peintres modernes
Coupent la fleur aseptique de la racine carrée.
Sur les eaux de la Seine, un iceberg de marbre
Refroidit les fenêtres et dissipe les lierres.

L’homme, d’un pas ferme, foule les rues dallées
Et les vitres esquivent la magie du reflet.
Le Gouvernement a fermé les boutiques de parfums.
La machine éternise ses mouvements binaires.

C’est une absence de forêts, de paravents, d’entre-sourcils
Qui rôde par les terrasses des maisons antiques.
Et c’est l’air qui polit son prisme sur la mer,
C’est l’horizon qui monte comme un grand aqueduc.

Les marins ignorant le vin et la pénombre
Décapitent les sirènes sur des mers de plomb.
La Nuit, noire statue de la prudence,
Tient le miroir rond de la lune dans sa main.

Un désir nous gagne, de formes, de limites.
Voici l’homme qui voit à l’aide d’un mètre jaune.
Venus est une blanche nature-morte.
Voici que les collectionneurs de papillons s'effacent.

*

Cadaquès, sur le fléau de l’eau et de la colline,
Soulève des gradins et enfouit des coquilles.
Des flûtes de bois pacifient l’air.
Un vieux dieu sylvestre donne des fruits aux enfants.

Sans avoir pris le temps de s’endormir, les pêcheurs dorment sur la sable.
En haute mer, ils ont une rose pour boussole.
L’horizon vierge de mouchoirs blessés
Joint les masses vitrifiées du poisson et de la lune.

Une dure couronne de blanches brigantines
Ceint des fronts amers, des cheveux de sable.
Les sirènes persuasives ne nous suggestionnent pas.
Elles apparaissent au premier verre d’eau douce.

*

Ô Salvador Dali à la voix olivée !
Je ne vante pas ton imparfait pinceau adolescent,
Ni ta couleur qui courtise la couleur de ton temps.
Je chante ton angoisse, ô limité, limité éternel !

Âme hygiénique, tu vis sur des marbres nouveaux.
Tu fuis l’obscure selve des formes incroyables.
Où atteignent tes mains, ta fantaisie atteint,
Et tu jouis du sonnet de la mer dans ta fenêtre.

Aux premières bornes que l’homme rencontre,
Le monde n’est que désordre et que sourde pénombre.
Mais déjà les étoiles, cachant les paysages,
Désignent le schéma parfait de ses orbites.

Le courant du temps s’apaise et s’ordonne
Dans les formes numériques d’un siècle, et d’un autre siècle.
La Mort vaincue se réfugie en tremblant
Dans le cercle étroit de la minute présente.

En prenant ta palette, dont l’aile est trouée d’un coup de feu,
Tu demandes la lumière qui anime la coupe renversée de l’olivier.
Large lumière de Minerve, constructrice d’échafaudages,
Lumière où ni le songe, ni sa flore inexacte n’ont place.

Tu demandes la lumière antique qui reste sur le front,
Qui ne descend ni à la bouche, ni au cœur de l’homme.
Lumière que craignent les vignes poignantes de Bacchus
Et la force désordonnée qui porte l’eau courbe.

Tu as raison de banderoler la limite obscure,
Toute brillante de nuit. Et en tant que peintre,
Tu ne veux pas que ta forme soit amollie
Par le coton changeant d’un nuage imprévu.

Le poisson dans le vivier, l’oiseau dans la cage,
Tu ne veux pas les inventer dans la mer ou le vent.
Après les avoir, de tes honnêtes pupilles, bien regardés,
Tu stylises ou copies les petits corps agiles.

Tu aimes une matière définie et exacte
Où le champignon ne puisse dresser sa tente.
Tu aimes l’architecture qui contruit dans l’absent
Et tu prends le drapeau pour une simple plaisanterie.

Le compas d’acier rythme son court vers élastique.
La sphère déjà dément les îles inconnues.
La ligne droite exprime son effort vertical
Et les cristaux savants chantent leurs géométries.

*

Mais encore et toujours la rose du jardin où tu vis.
Toujours la rose, toujours ! nord et sud de nous-mêmes !
Tranquille et concentrée comme une statue aveugle,
Ignorante des efforts souterrains qu’elle cause.

Rose pure, abolissant artifices et croquis
Et nous ouvrant les ailes ténues du sourire.
(Papillon cloué qui médite son vol).
Rose de l’équilibre sans douleurs voulues. Toujours la rose !

*

Ô Salvador Dali à la voix olivée !
Je dis ce que me disent ta personne et tes tableaux.
Je ne loue pas ton imparfait pinceau adolescent,
Mais je chante la parfaite direction de tes flèches.

Je chante ton bel effort de lumières catalanes
Et ton amour pour tout ce qui explicable.
Je chante ton cœur astronomique et tendre,
Ton cœur de jeu de cartes, ton cœur sans blessure.

Je chante cette anxiété de statue que tu poursuis sans trêve,
La peur de l’émotion qui t’attend dans la rue.
Je chante la petite sirène de la mer qui te chante,
Montée sur une bicyclette de coraux et de coquillages.

Mais avant tout je chante une pensée commune
Qui nous unit aux heures obscures et dorées.
L’art, sa lumière ne gâche pas nos yeux.
C’est l’amour, l’amitié, l’escrime qui nous aveuglent.

Bien avant le tableau que, patient, tu dessines,
Bien avant le sein de Thérèse, à la peau d’insomnie,
Bien avant la boucle serrée de Mathilde l’ingrate,
Passe notre amitié peinte comme un jeu d’oie.

Que des traces dactylographiques de sang sur l’or
Rayant le cœur de la Catalogne éternelle !
Que les étoiles comme des poings sans faucon t’illuminent,
Pendant que ta peinture et que ta vie fleurissent.

Ne regarde pas la clepsydre aux ailes membraneuses,
Ni la dure faux des allégories.
Habille et déshabille toujours ton pinceau dans l’air,
Face à la mer peuplée de barques et de marins.


************************************


ODA A SALVADOR DALÍ

Una rosa en el alto jardín que tu deseas.
Una rueda en la pura sintaxis del acero.
Desnuda la montaña de niebla impresionista.
Los grises oteando sus balaustradas últimas.

Los pintores modernos, en sus blancos estudios,
cortan la flor aséptica de la raíz cuadrada.
En las aguas del Sena un iceberg de mármol
enfría las ventanas y disipa las yedras.

El hombre pisa fuerte las calles enlosadas.
Los cristales esquivan la magia del reflejo.
El Gobierno ha cerrado las tiendas de perfume.
La máquina eterniza sus compases binarios.

Una ausencia de bosques, biombos y entrecejos
yerra por los tejados de las casas antiguas.
El aire pulimenta su prisma sobre el mar
y el horizonte sube como un gran acueducto.

Marineros que ignoran el vino y la penumbra
decapitan sirenas en los mares de plomo.
La Noche, negra estatua de la prudencia, tiene
el espejo redondo de la luna en su mano.

Un deseo de formas y límites nos gana.
Viene el hombre que mira con el metro amarillo.
Venus es una blanca naturaleza muerta
y los coleccionistas de mariposas huyen.

*

Cadaqués, en el fiel del agua y la colina,
eleva escalinatas y oculta caracolas.
Las flautas de madera pacifican el aire.
Un viejo dios silvestre da frutas a los niños.

Sus pescadores duermen, sin ensueño, en la arena.
En alta mar les sirve de brújula una rosa.
El horizonte virgen de pañuelos heridos
junta los grandes vidrios del pez y de la luna.

Una dura corona de blancos bergantines
ciñe frentes amargas y cabellos de arena.
Las sirenas convencen, pero no sugestionan,
y salen si mostramos un vaso de agua dulce.

*

¡Oh Salvador Dalí, de voz aceitunada!
No elogio tu imperfecto pincel adolescente
ni tu color que ronda la color de tu tiempo,
pero alabo tus ansias de eterno limitado.

Alma higiénica, vives sobre mármoles nuevos.
Huyes la oscura selva de formas increíbles.
Tu fantasía llega donde llegan tus manos,
y gozas el soneto del mar en tu ventana.

El mundo tiene sordas penumbras y desorden,
en los primeros términos que el humano frecuenta.
Pero ya las estrellas ocultando paisajes,
señalan el esquema perfecto de sus órbitas.

La corriente del tiempo se remansa y ordena
en las formas numéricas de un siglo y otro siglo.
Y la Muerte vencida se refugia temblando
en el círculo estrecho del minuto presente.

Al coger tu paleta, con un tiro en un ala,
pides la luz que anima la copa del olivo.
Ancha luz de Minerva, constructora de andamios,
donde no cabe el sueño ni su flora inexacta.

Pides la luz antigua que se queda en la frente,
sin bajar a la boca ni al corazón del hombre.
Luz que temen las vides entrañables de Baco
y la fuerza sin orden que lleva el agua curva.

Haces bien en poner banderines de aviso,
en el límite oscuro que relumbra de noche.
Como pintor no quieres que te ablande la forma
el algodón cambiante de una nube imprevista.

El pez en la pecera y el pájaro en la jaula.
No quieres inventarlos en el mar o en el viento.
Estilizas o copias después de haber mirado
con honestas pupilas sus cuerpecillos ágiles.

Amas una materia definida y exacta
donde el hongo no pueda poner su campamento.
Amas la arquitectura que construye en lo ausente
y admites la bandera como una simple broma.

Dice el compás de acero su corto verso elástico.
Desconocidas islas desmienten ya la esfera.
Dice la línea recta su vertical esfuerzo
y los sabios cristales cantan sus geometrías.

*

Pero también la rosa del jardín donde vives.
¡Siempre la rosa, siempre, norte y sur de nosotros!
Tranquila y concentrada como una estatua ciega,
ignorante de esfuerzos soterrados que causa.

Rosa pura que limpia de artificios y croquis
y nos abre las alas tenues de la sonrisa.
(Mariposa clavada que medita su vuelo.)
Rosa del equilibrio sin dolores buscados.
¡Siempre la rosa!

*

¡Oh Salvador Dalí de voz aceitunada!
Digo lo que me dicen tu persona y tus cuadros.
No alabo tu imperfecto pincel adolescente,
pero canto la firme dirección de tus flechas.

Canto tu bello esfuerzo de luces catalanas,
tu amor a lo que tiene explicación posible.
Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.

Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.

Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima.

Es primero que el cuadro que paciente dibujas
el seno de Teresa, la de cutis insomne,
el apretado bucle de Matilde la ingrata,
nuestra amistad pintada como un juego de oca.

Huellas dactilográficas de sangre sobre el oro
rayen el corazón de Cataluña eterna.
Estrellas como puños sin halcón te relumbren,
mientras que tu pintura y tu vida florecen.

No mires la clepsidra con alas membranosas,
ni la dura guadaña de las alegorías.
Viste y desnuda siempre tu pincel en el aire,
frente a la mar poblada con barcos y marinos.


Η μετάφραση έγινε το 1938.